Domingo, salida de la sociedad, la verdad, no tenía pensado salir pero al final me animo. Estas últimas salidas, y a estas alturas, las salidas se convierten en un trámite. Todo esto se nota en el lugar de partida, la afluencia es más bien escasa. Desde el principio me sitúo a cola de pelotón, charlando con Mariano se pasan los kilómetros volando, al llegar al inicio del Puerto de Urbasa, la gente va cogiendo su sitio y, casi sin quererlo, me encuentro con los primeros, como hoy no he colaborado en tirar me mantengo en la subida en un segundo plano. El viento lateral dificulta la subida con las ruedas de perfil así que me voy resguardando como puedo. El ritmo de subida es alegre pero subimos en grupo, hay algún escarceo pero al final coronamos sin mucha distancia entre nosotros. Arriba fresquito, y más viento, así que firma y, raudos y veloces, para abajo. Ahora nos toca tirar a Mariano y a mi, seguimos con la charleta y al rato nos damos cuenta que ya no somos los cuatro que íbamos sino que se ha hecho un grupo más numeroso, así que después de unos cuantos kilómetros más dejamos a otros compañeros tirar. En la zona de Landa empiezan las escaramuzas, Jorge, Juanito y yo neutralizamos la escapada y una vez hecho me toca consolidar la nueva fuga, ahí me pego un buen calentón. El grupo ya es más reducido, incluido algún Alimco, un Aurrenak... Está claro, hoy toca sprint en Fiasa, jajajaja!! Después del calentón, y sabiendo que eso de los sprints no es lo mio, decido trabajar hoy para Mariano. Conseguimos abortar la última fuga, gracias a los sabios consejos de Luis, y Mariano no me falla, último calentón y le dejo paso para que llegue destacado a meta.
Mientras que no haya peligro, y siempre respetando las normas de circulación, está claro que nos encanta jugar a las carreritas jejeje...
Ya que ahora no hay mucha cosa que hacer hay que buscarle el divertimento a las salidas, lo malo es que yo el día anterior me había pegado un buen calentón de piernas y con el de hoy (llegamos a Vitoria con una media de 30 km/h) ya acabé bastante agotado así que para estirar un poco las piernas alargué el recorrido y volví por el lado más largo a casa, tranquilamente y disfrutando del paisaje urbano con 125 kms. en la buchaca.
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