I MEMORIAL JACINTO GLEZ. DE HEREDIA

(31/05/08) Tanta suerte no era normal y el tan temido enemigo público nº 1 apareció, como siempre, el día menos indicado. Llovió, como indicaban las previsiones, y nos mojamos sí pero la carrera la acabamos como está mandado. Salimos juntos y llegamos juntos.

Tal y cómo os comenté en anteriores ocasiones, este finde se celebraba el fin de semana cicloturista en Vitoria con dos marchas nuevas pero con garantías de consolidarse en el tiempo dado el éxito de participación. Teníamos decidido desde hace algún tiempo participar en la marcha del sábado y el día indicado a la hora fijada allí apareció la grupeta dispuesta a pasar una nueva jornada ciclista pero esta vez dentro de una "carrera" cronometrada, con chip y todo. El día amaneció con 14º grados, cielo cubierto amenazante, nos vamos al lugar de encuentro. Con nuestras mejores galas, equipación de la Peña Mancebo incluida por mi parte, me encuentro con la grupeta en los alrededores del estadio de fútbol de Mendizorrotza, lugar de salida.

Últimos retoques a los dorsales y nos dirigimos a la zona reservada para participantes. Cafecito para los rezagados de última hora, la caravana del equipo BH luciendo sus mejores galas... en resúmen, lo que debe ser una buena organización. Primera sorpresa del día, aparece delante de nosotros el ciclista por excelencia, Indurain. Un tipo majo y cercano que nos deja sacarnos una foto con él y aguanta estoicamente el embite de todos sus fans que revolotean, como nosotros, a su alrededor. Por cierto vaya Pinarello Prince que llevaba. Indurain, Ruiz Cabestany, Santi Blanco y el propio organizador del evento Joseba Beloki son algunos de los rostros más conocidos que van a compartir rueda con nosotros. Miro a mi alrededor y me doy cuenta que de cicloturista esta marcha tiene bien poco porque viendo las bicis que hay y los corredores que se han presentado me da que va a ser un día durito... Bueno nosotros a nuestro ritmo pienso para mi.

Me despido de mi padre que ha venido a desearnos suerte y nos dirigimos con algunos nervios hacia la línea de salida.

330 participantes, las fotos de rigor a las personalidades... esto parece el Giro. Es emocionante, se nota que es mi primera marcha de carretera no?? jejeje... Bueno a lo que vamos, el speaker da la salida y pista. Me espera un día duro contando que hasta hace un mes no había andado 100 km. seguidos en bici pero bueno hay que darle caña a las piernas, es la única manera de progresar en este deporte (aunque llueva como dice mi amigo Van krujen).

A partir de aquí empieza el festival, primeros kilómetros neutralizados, vamos situados en la parte media del pelotón, tranquilos. Aparecen los primeros sustos (frena uno de delante y hay que estar atentos sino...) y pinchazos, vamos salvando de momento. Primera ascensión del día, Puerto de Azaceta. Se fragmenta el pelotón, a partir de ahora cada uno a hacer su carrera. La grupeta se mantiene unida, vamos subiendo bien pero estamos más cerca de la cola del pelotón que otra cosa. En las primeras rampas fuertes nuestro líder, el profe, comienza a sacarnos unos cuantos metros, va fino para no variar. Yo soy novato en esto de las marchas de carretera, son muchos kilómetros para mis piernas, hoy toca regular. Le perdemos de vista. Me quedo tirando de la grupeta y seguimos la ascensión. Poco a poco coronamos y descenso hasta Maeztu. Barrita y comienza el sube y baja típico de esta zona que, curiosamente, recorrimos hace dos jornadas. Nuestro siguiente destino será la subida al pueblo de Antoñana, un repecho duro que conseguimos salvar cada uno a su manera. Y de aquí en adelante todo será subida hasta culminar en el Puerto de Opacua. Se suceden rampas del 6 al 16% en una carretera comarcal bacheada. Voy aguantando bien de momento, voy poniendo el ritmo la mayoría de las veces y la cosa no pinta mal hasta que empiezo a notar como si fuese frenado de la rueda de atrás. Toca parar, revisar, abrir el freno... no soy un manitas, lo revisaremos en el avituallamiento. Me pasa el coche escoba, Miguel y el doctor me esperan. Vaya broma, encima que hay que subir nos toca sortear a la cola del pelotón, la ambulancia, la policía, dos motos... festival del calentón para enganchar. Una vez reagrupados continuamos la marcha sin Eugenio que no se en qué momento de la marcha se ha quedado descolgado. Al ir por delante en la subida no me he percatado de que se había quedado... Seguimos superando repechos hasta salir a enlazar a medio puerto Opacua. Qué gusto, por fin asfalto en buen estado. Un par de curvas y coronamos Opacua. Me apunto unos cuantos puntos a la saca del maillot de la montaña (los que va dejando el profe que sabe Dios por dónde andará ya) y comienza la bajada. Queda menos para llegar a Salvatierra, el lugar de avituallamiento, hasta ahora el tiempo había respetado, 15º y nublado, pero a partir de ahora comienza el festival del remojón. Qué le vamos a hacer, es lo que hay. Se sucede el txirimiri con algún goterón gordo y empiezo a notar pesadez y frío en las piernas. Bajamos con mucho cuidado el puerto y enfilamos hacia Salvatierra todos juntos (el profe después de una espera de 10 minutillos se había unido a la grupeta). Se nota más calorcito en el final del descenso. Queda poco para la primera parada. Llegamos, hay hambre. Arrepañamos todos los bollitos que quedan, un par de Aquarius, un plátano y listo. Mucho mejor!!

Reanudamos la marcha, vamos con bastante retraso según el horario previsto así que decidimos evitarnos la última ascensión a Salinas de Léniz. Tenemos buena excusa, queremos ver a Contador ganar el Giro jejeje... A partir de aquí reanudamos el sube y baja constante. Se nos han unido varios integrantes a la grupeta después de la parada y todos juntos nos dirigimos a meta. Junto con el profe tiro en cabeza de pelotón durante un buen rato. La piernas empiezan a acusar la kilometrada. Aún así me mantengo firme en cabeza alternando con el super-rodador Miguel. Hay apariciones fugaces del personal de oficina, Eugenio (el re-enganchado), Javi Txiki y el doctor. Llegamos a Landa. La oficina comienza a desperezarse y acuden a cabeza del pelotón más asiduamente. Empiezo a notarme cansado pero aún así sigo marcando el ritmo y respondiendo a las fugas de algún listillo que parece que quiere liarla. Y efectivamente, en la primera bajada que aparece en escena los dos listos de turno que llevaban en la oficina todo la marcheta (pero no en la oficina de siempre no, en la salita del café) cogen y saltan aprovechando la inercia. Les dejo ir unos metros, consulto al pueblo y decidimos dejarles ir, que se chupen ellos todo el viento y la lluvia solos hasta Vitoria. Seguimos a nuestro ritmo pero el mío ya no es tan alegre desde hace un rato. Estoy acusando el haber ido tanto tiempo en cabeza. Bajo a la oficina pero está a tope, me mantengo en la mitad del mini-pelotón. Se acerca la llegada, nos escolta una moto de la organización, uno de los fugados en la cuneta arreglando un pinchazo, lo siento, jejeje... empieza a llover cada vez más fuerte. Entramos en Vitoria y pasa a escoltarnos un coche de la policía local. Nos va abriendo camino, nos saltamos todos los semáforos en rojo, si ya lo decía yo parece el Giro. Las piernas empiezan a flaquear, sufriré en lo queda hasta llegar. Salburua, Venta la Estrella, Mendizabala, curva a la derecha y meta. Llegamos, 130 km, 4 horas 50 minutos, estoy baldao, hace frío, tengo hambre pero ya está prueba superada. El otro fugado arreglando la rueda, qué pena... Ahora sólo queda dar cuenta del plato de macarrones, actimel, goxua... y todo lo que entre en el estómago. Ha sido duro el tema como se preveía, pero ha estado bien a pesar del mal tiempo. Hombre si comparamos mi cara con la de Miguel...

P.D. Seguiremos entrenando hasta la próxima "carrera"...