Era difícil resistirse a salir a dar una vuelta en bici ayer con los 28 º que hacía. Esta temperatura en Octubre hay que aprovecharla y decidí soltar piernas subiendo un par de veces el Puerto de Oquina, a ritmo suave, disfrutando del paisaje y con la única compañía de mi inseparable sombra.
Últimamente estoy gafado con las cubiertas. Entre las Ultremo que venían defectuosas de fábrica y lo de ayer llevo una rachita maja. Hasta ahora sólo había pinchado dos veces y estoy rompiendo la media. Será cuestión de suerte y espero que cambie pronto.
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