LA BLAN 08: PARTE DE GUERRA

(13/09/08) En la mayoría de las películas de guerra a las escenas de acción les rodea una atmósfera gris, un día lluvioso dónde al protagonista del film, un joven soldado, le atenaza la incertidumbre de lo que puede sucederle el gran día...

No, no os habéis equivocado de blog, no me he pasado al género bélico, solamente que así es como se presenta el día, hace fresco, un pequeño txirimiri rocía las calles cuando, todavía de noche, salgo con la bici hacía los frontones de Mendizorrotza lugar de salida de la LIII Marcha La Blan. Llevo tiempo esperando con ilusión participar en esta marcha que organiza mi sociedad y, fruto de los nervios, llego con tiempo de sobra a la salida. Recogida de acreditaciones, un zumo y un par de bollitos y a esperar al resto. Txumari ya se está cambiando cuando comienza a llegar el resto. Una dosis extra de aceite para calentar las piernas y procedemos a inmortalizar el comienzo de este día.

No parece que vaya a ser una marcha multitudinaria. No ha salido un buen día y parece que la gente no se ha animado, el número de participantes no llega a la centena. Como los "pro" salen a una velocidad de escándalo, nosotros aprovechamos para ir saliendo poco a poco, ya que esta es una marcha cicloturista, sin chip. Pronto enfilamos hacia el Puerto de Azaceta, la primera piedra de toque del día. Subimos tranquilitos sabedores de que nos esperan muchos kilómetros por delante todavía. Durante la bajada hay que tener precaución porque el asfalto está húmedo de la lluvia que ha caído. Una vez reagrupados alcanzamos la localidad de Sta. Cruz de Campezo, giramos a la derecha y comienza otra vez el terreno ascendente que nos llevará hacía la segunda cumbre del día, Aguilar de Codes. El pelotón a estas alturas del recorrido ya está bastante compacto. En las primeras rampas nos alcanzan los "pro" y nos adelantan como balas, nosotros nos conformamos con seguir juntos y subir a nuestro ritmo. Una vez coronado el puerto nos encontramos en un cruce de caminos dónde, fruto de la desorientación, se produce una caída y en décimas de segundos me veo tumbado en el suelo. Inmóvil. Toda la grupeta alrededor de mi. Respiro hondo, un par de segundos aguantando el dolor y procedo a calibrar el desastre. He caído de lado, parece que no tengo nada roto, sangre en la rodilla, rasguños varios en cadera y hombros y un dolor intenso en las costillas. Ya sabéis como funciona esto, una vez que te reincorporas y ves que, más o menos, puedes aguantar lo siguiente es mirar la bici. La rueda delantera descentrada, el manillar y las manetas de cambio torcidas, golpe en el pedal. Parece que podré continuar. Mi compañero Eugenio también ha sido partícipe de la caída. Ha roto el casco en dos pero no tiene nada. Esta vez me ha tocado a mí la peor parte. Reanudamos la marcha. Monto en la bici como puedo y pista. Comienza la bajada del puerto, intento acomodarme a esta situación que es nueva para mí. Comparado con las caídas en Btt hay que decir que el asfalto no es tan mullido como la hierba y la arena. Bajo con precaución. En caliente no noto mucho dolor, ya veremos luego. Llegamos a Viana, primer avituallamiento. Como un poco y aprovecho para que me curen los rasponazos. Volvemos a montarnos y nos dirigimos hacia Logroño. Me quedo un poco retrasado del pelotón pero el Pipe se da cuenta, me espera y rápidamente me devuelve al redil otra vez. A partir de aquí intento abstraerme del dolor y, como me noto con buenas piernas, me sitúo en cabeza de pelotón a tirar un rato. Comienza el terreno pestoso que nos separa de Logroño hasta Laguardia. Sube y baja constantes con viento de cara. A medida que vamos llegando a Zambrana, segundo lugar de control de firmas y avituallamiento, me voy colocando a cola de pelotón. Tengo un intenso dolor en la cadera que me obliga a pedalear sentado en el sillín. Comienza a chispear de nuevo, tomo un refrigerio y aprovecho para acercarme a la ambulancia a volver a echarme pomada en la zona afectada. Reanudamos la marcha, el dolor va a más. Se acabó lo que se daba. Me monto en la ambulancia. Tanto tiempo esperando a esta marcha para acabar así. Tomo aire y me resigno a ver los toros desde la barrera. Sólo quedan 35 kilómetros para la llegada. El último escollo es el Puerto de Zaldiaran. Seguimos a la grupeta de cerca. Desde mi posición privilegiada puedo ver como luchan contra el viento, el agua y el desnivel. Cada uno sube el puerto como puede. Se ve distinto desde aquí. Falta poco para coronar cuando me viene la idea a la cabeza de bajar con ellos hasta Vitoria. Hace frío y estoy dolorido pero no me puede ver mi mujer llegar en ambulancia a meta. Me bajo, me ayudan a subir a la bici y bajamos el puerto, enfilamos la larga de recta de Lasarte hasta Mendizorrotza y llegamos a meta. Sigue lloviendo, sigue haciendo frío. Se respira un halo de tristeza en el ambiente pero hemos conseguido llegar como salimos, montados en bici. Un beso de mi mujer repara el dolor vivido y un ciclista vestido de naranja se acerca dónde mi para interesarse por mi estado. Le agradezco el gesto y nos hacemos una foto. Hay que sonreir. Lo hemos conseguido. Gracias grupeta.

P.D. Tres horitas después ya estaba en casa después de pasar por el hospital. Son sólo contusiones, no tengo nada roto. El médico ha mandado reposo, ya veremos. Miguelito dice que yo soy como los toreros, que en diez días listo para torear y no le falta razón. Este domingo me pierdo la salida (que por cierto ya me han contado que ha sido el bautizo oficial en la grupeta del enfermero, el hijo del Doctor jejeje) pero todavía tengo tiempo de recuperarme para el próximo fin de semana no??

(Desde aquí doy las gracias a todos los que me habéis llamado para interesaros por mi estado de salud, gracias pero que sepáis que tengo cuerda para rato jejeje... continuará...)