25 julio, 2012

LA PYRENEENNE 2012 BY CARLOS

Hoy tengo la suerte de mostraros la crónica que ha hecho mi amigo Carlos sobre LA PYRENEENNE, una marcha que se celebra por tierras francesas y en la que participo hace pocas fechas. Una vez más la épica hizo acto de presencia, un día duro y lluvioso pero nuestro compañero tuvo los arrestos necesarios para completarla con éxito, enhorabuena titán!!!
La Pyreneenne by Calos Grande Tudela
Por primera vez me decidí a hacer una marcha fuera de España, La Pyreneenne, una marcha dura aunque viendo mis kilómetros decidí hacer la corta la denominada “La Deus Vallées” que asciende a Tourmalet y a Hautacam donde finaliza con 115 km. y 3.200 mts de desnivel, pues no me sentía con fuerzas para “La Quatre Vallées” que suma 65 km. más con Aspin y Hourquette d’Ancizan. A pesar de que acudiría en solitario a la misma me apunté con la idea de disfrutar de los grandes puertos pirenaicos en la marcha y en la semana posterior.
El día de antes llegué a Argeles Gazost donde encontré un gran ambiente previo a recoger el dorsal y pude disfrutar de una muestra de bicis antiguas, en las que se puede comprobar la esencia de este deporte y la magnitud de las gestas de sus pioneros.  
Aunque hace buen tiempo, todas las previsiones apuntan a frío y agua al día siguiente y con ese duda nos vamos a dormir...
A las 5:00 a.m. las previsiones se confirman y, tras un largo trueno, empieza a llover como si fuera el diluvio universal, lo cual me hace dudar acerca de si podremos salir o no.
A las 7.00 me levanto, siguiendo mi mala costumbre de no respetar una larga digestión previa a la marcha. Desayuno, me visto (guardando mis guantes de invierno recién comprados para la ocasión) y me dirijo a la salida bajo una fina lluvia.
A las 8:00, como está previsto, salimos de Argeles en dirección Luz St. Sauveur para afrontar el primer “coco” del día. Salgo de los últimos con tranquilidad y en los 18 Km. hasta inicio de puerto voy adelantando grupitos hasta que el inicio de puerto aconseja aguantar en un grupo a ver que tal, y así lo hago subiendo con dos franceses a un ritmo cómodo.
La lluvia nos da un respiro y vamos subiendo y disfrutando el paisaje, intentando gastar lo menos posible. A falta de 5 km. de la cima, en la estación de esquí de Superbareges, decido subir más a mi ritmo que al de los franceses a los que empiezo a dejar atrás, y poco después, a falta de 3 km. de coronar, aparece un fino granizo, aunque por suerte desaparece poco después para dejarme sufrir como merece el último kilómetro del Tourmalet al 10% por encima de 2.000 mts. Primer puerto del día ascendido, el mítico Tourmalet, casi 19 km. con una pendiente media del 7,5%.
Al llegar arriba es obligado parar y sacar la foto, pero también abrigarse porque la bajada se presenta “fresquita”. También aprovecho y paro a 100 mts., pues tras la curva de cima me encuentro el avituallamiento, el cual observo bastante “estoico” para lo que estamos acostumbrados por aquí.
Comenzamos a bajar y lo primero que veo son llamas andinas en la carretera, sigo para abajo despacio pero adelantando gente y comenzando a sufrir el frío ya antes de La Mongie, donde más tarde me entero que mucha gente debió entrar a calentarse con cafés, etc.
Más abajo voy encontrando zonas donde poder dar pedales, cosa que agradezco. Tras pasar Campan me doy cuenta que voy solo y aprovecho para comer y esperar que me coja alguien por detrás. De repente me pasa un grupito de 4 a mil y decido unirme a ellos. Así vamos a relevos hasta la segunda dificultad del día un pequeño puerto llamado Neuilh al que nos desvían después de Bagneres de Bigorre, donde un triatleta de San juan de Luz decide poner ritmo y me voy con él. En el alto avituallamiento, paro, relleno la “cacharra”, como algo, me quito el chubasquero pues ha dejado de llover y mejorado la temperatura, y para abajo a disfrutar de una carretera estrecha, revirada y preciosa en dirección Lourdes junto a un belga.
Junto a él iré a relevos hasta comenzar Hautacam donde cada uno elije su ritmo y yo voy un poco por delante, aunque quiero subir tranquilo, pues me esperan otros 15 km al 7,5%.
Poco a poco van pasando los kilómetros, con algunas rampas que se hacen duras compensadas con algunos metros de descanso al cruzar alguno de los pueblos, hasta que a falta de 5 km. vuelve a parecer la niebla y la lluvia fina que  ya no nos abandonará hasta arriba.  Seguimos avanzando, adelantando a ciclistas, algunos visitados por el amigo de Perico, “Monsieur Mazó” y afrontamos el último tramo tras una rampa en curva y un paso canadiense, poco después veo una caseta de madera con el nombre de la estación y ya sé que estoy arriba. Última curva y llegada.
Contento por haber terminado la marcha en un día como hoy con lluvia, granizo, niebla y temperaturas de 6º en los puertos, a pesar de que el tiempo empleado no es meritorio.
Arriba, rápidamente hay que pensar en bajar pues el frío se hace notar tan mojados como llegamos, por lo que me abrigo,  hago unas fotos y poco más que queda una dura bajada entre la niebla y la lluvia, cada vez más intensa.
Tras la ducha y en la entrega de trofeos, vuelvo a certificar mi suerte en los sorteos celebrados en las marchas con un lote de embutidos del Pirineo.
Aunque el tiempo efectuado no sea para estar orgulloso, no era lo que buscaba, sólo disfrutar y lo hemos logrado, además es la excusa perfecta para volver a disfrutar de estos puertos. Pese a todo, según la organización el 158º de “La Deux Vallées”  y el 34º de 143 en mi categoría.

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