21 noviembre, 2008

PEDALEAR EN INVIERNO

Como el tiempo está fresco no viene mal informarse un poquito:
INFORME: Pedalear en invierno
La aparición de la lluvia, el viento y la nieve producen cambios muy importantes en las rutinas de entrenamiento pero, gracias a la tecnología, podemos seguir pedaleando también en invierno
CONSEJOS INVERNALES
Las gafas
Este es uno de los componentes que no debería faltar en el uniforme de un ciclista, no sólo por la protección que ofrecen frente a la exposición a rayos ultravioleta (UVA) o infrarrojos, sino por el papel que juegan en preservar nuestros ojos de las bocanadas de aire frío que podemos afrontar en una jornada ciclista, amén de aislarnos de partículas sólidas o insectos.
¿Vestirse como los campeones?
A todos nos gustaría parecernos a esos grandes mitos que vemos pedaleando por el Gavia, el Paso Tonnale o el Pordoi con un metro de nieve a cada lado de la carretera, luciendo sus musculosas piernas en una jornada que suele ser catalogada de infernal. Pero ni nuestra preparación física es la suya, ni tenemos un coche de apoyo que nos va suministrando bebidas calientes, ni debemos cumplir con ningún contrato publicitario. Moraleja: abrígate hasta sentirte cómodo aunque no te parezcas al de las fotos.
¡Estoy mojado!
Después de la ascensión a un puerto de varios kilómetros es muy fácil que, por la excesiva sudoración, tengamos empapada la ropa. Si eres de los que, una vez ganada la cota más alta, disfrutas sentándote a comer las minucias que llevas en el maillot y dejas descansar unos minutos las piernas, puedes aprovechar para quitarte la camiseta interior y extenderla sobre el manillar o en un matorral para que el aire y el sol la sequen. Nosotros hemos comprobado como una camiseta de polipropileno queda completamente seca en menos de 10 minutos en pleno mes de Enero.
No olvides nunca abrigarte mientras estés parado; la chaquetilla cortavientos (chubasquero) que llevas preparada para el descenso puede ser la prenda ideal.
El casco
Durante el invierno este complemento de nuestro equipo es tan necesario como el resto del año, pero algunos usuarios se encuentran con serios problemas: el casco no nos cabe en la cabeza con orejeras o un gorro y el aire frío se encarrila por las ranuras de ventilación.
Para conseguir ponernos el casco con un gorro o pasamontañas podemos recurrir a quitarle las almohadillas laterales que lo ciñen a nuestra cabeza (o sustituirlas por otras más delgadas). Tampoco desestimes comprar un casco de talla mayor para emplearlo sólo en invierno.
Si te resulta molesto el aire que penetra por las ranuras de ventilación puedes hacer algo tan sencillo como pegar una cinta adhesiva ancha (tipo precinto) en el interior del casco para obturarlas. Esto sólo debes hacerlo con las aberturas que hay en la parte delantera del casco para así permitir la evaporación de sudor por las ranuras posteriores.
Los pies fríos
Muy pocos nos hemos librado de padecer esa desagradable sensación de pies congelados tan asociada al ciclismo invernal.
La elección de unos buenos calcetines, las zapatillas invernales y el uso de cubrebotas (escarpines) pueden minimizar al máximo este fenómeno pero hay una cosa muy simple que debemos tener en cuenta para evitar que esto ocurra: no apretar el cierre de las zapatillas en exceso. Si comprimimos el calzado estamos dificultando el riego sanguíneo en los pies y este es un determinante básico para que se enfríen.
(Más info en www.ciclismoafondo.es ref. autor: Pablo Bueno)

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