Apareció de la nada, agazapado detrás de una curva, para cuando quisimos darnos cuenta ya estaba a nuestro rebufo. El ciclista fantasma, apodo cariñoso que le puse en su momento y que por lo que veo le he acabado haciendo popular y, por cierto, él a mi blog también, en realidad se llama Manolo. Ataviado con su buff habitual, tapado hasta las orejas, esta vez no iba en su montura mítica (BH de paseo) sino que iba en una flamante mountain bike. Ahí le teníamos, a todo trapo con las ruedas gordas por la carretera. Gracias a que estaba Joseba le pudimos sacar unas fotos. Como ya le conocemos no le dimos ventaja y Mikel y yo arreamos con nuestras flacas en cuanto pudimos, llegamos los primeros, tuvimos que ponermos a 55 por hora!!! Y aún así hacía ademán de seguirnos pero fue sólo eso, esta vez nos dejó ganar, se notaba que no iba con su bici habitual...
Manolo, ahí va nuestro homenaje, estas fotos están dedicadas para ti.
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