23 noviembre, 2010

CRÓNICA 20/11/10 BY PITXI

Volviendo a los origenes de la BTT
La etapa de este sábado me recordó un poco a las de antaño, a las de hace 15 años. Mucho barro, casi de ciclocross, con pocos kilómetros reales de monte, y un grupo un tanto desorganizado, como el ejercito de Pancho Villa, pero disfrutando mucho de la mañana, que nos perdono de lluvia. Con unas cuantas sorpresas que se dan pocas veces y menos en el mismo día.
Quedamos a las 9, como de costumbre, en la rotonda de Telefónica, junto al hospital de Txagorritxu. Si la memoria no me falla (y si me falla que me perdone de quien me olvide), allí estábamos Mariano, Nestor, Gorka, Toño, Raul y yo, sorprendentemente nos acompañaba algún rayo de sol.
Esta semana teníamos intención de ir al Oketa, también conocido como Gorbea txiki. Toño era el guia hasta allá, pero la noche nos lo trajo un poco confundido. Entre que vamos por aquí, o vamos por allá, al final nos ponemos en la gasolinera de Foronda, y atravesando ésta, accedemos a la carretera que nos lleva hasta Etxabarri-Viña. Aquí empieza lo bueno, en Etxabarri-Viña cogemos las parcelarias que nos llevan hasta el cruce de Gopegi, y la primera incursión off-road fue un pleno total de barro, había habido trasiego de maquinaria de obra y aquello estaba hecho un lodazal, a mi personalmente no me importa, para menos me voy a almorzar huevos con jamón a Salvatierra.
Una vez en cruce de Gopegi, empiezan las imprecisiones de hacia donde ir, como antaño, salir sin un rumbo fijo a veces tiene su encanto, porque es posible encontrar caminos como el que nos enseño Mariano para llegar a Gopegi, un senderito muy chulo. De Gopegi llegamos a los embalses de Murua sin complicación y por tramos asfaltados, bueno Raúl que decía no haber andado nada, nos tenso bien subiendo los repechicos de los embalses. Así quiero yo no haber andado nada.
Llegados hasta aquí y ya muy próximo a comenzar a BTTar de verdad, nos encontramos al final del tramo asfaltado la primera sorpresa...
¿¿¡¡Un control de la Guardia Civil!!??. En todos estos años de BTT por muchos montes de aquí y de allá nunca me había pasado. ¿Nos pararían?, ¿nos harían soplar?, ¿nos sacarían sangre para un control antidoping?, pues nada, pasamos sin más, no nos estaban esperando a nosotros seguro.
Nada mas pasar el control, empezamos a bordear en ligero ascenso el Oketa por su cara noroeste, un camino espectacular que hacia mucho que no pasaba por ahí, desde que las marchas de BTT del Gorbea que bajaban por ahí a Ubidea. En vez de seguir hacia Ubidea, justo al coger la cara norte del Oketa, comienza a hacerse mas exigente la subida, teniendo que meter plato pequeño incluso los más pro Raúl, Gorka (hay que decir que estaba un poco patxutxo) y Mariano. Una vez terminada esta parte de ascensión fuerte comienza un tramo de sube y baja, espectacular, donde hay que sacar la técnica y la fuerza a la par, ya que a la cantidad de barro que había en algún tramo y a las roderas hay que añadir que estaban cubiertas de hojas de haya, con lo cual no se veían. Aquí nos encontramos con la segunda sorpresa, de repente un manada de ciervos cruza el camino a 5 metros de nosotros, unos 6 ladera arriba y otros tantos, ladera abajo, de un brinco atravesaron el camino.
Continuamos por ese camino, para desviarnos a la derecha y comenzar a subir una rampa importante en dirección a la ladera este del Oketa, aquí pudimos comprobar que ninguna de las cubiertas que llevamos tenía la tracción suficiente para salvar tal desnivel con el barro y hojas, yo creo para no echar el pie a tierra hubieran hecho falta esas cubiertas de las motos que van por el hielo y que tienen clavos.
Una vez superado el rampón embarrado este, tenemos otra sorpresa en forma de avería importante, un palo se mete en el cambio de Mariano y parte la patilla del cambio. Toño que ultimamente esta muy puesto en el uso del tronchacadenas le deja la BTT como una de pista, con un plato y un piñón. Este incidente hace que decidamos no llegar a la cima del Oketa que dejamos a nuestra derecha y decidamos bajar a Etxaguen para volver lo mas derecho a Gasteiz.
En la bajada a Etxaguen nos encontramos otra embarrada importante, además pisada por ganado, un tramo más propio del ciclocross mas extremo, hace que tengamos que apurar la técnica para no meter el pie en tal barrizal. Hasta la rodilla se podía meter la pierna. El amigo Raúl tuvo caída, pero con clase, ya que en tales circunstancias no se mancho nada.
A partir de Etxaguen volvimos hasta Etxabarri-Viña por tramos de parcelaria sin demasiado interés, salvo el de la ausencia de trafico.
No se pedía pedir más con las circunstancias mecánicas de Mariano, que el hombre a veces tenia que ir a molinillo y otras atrancado. Es lo que tiene ir sin cambio. De Etxabarri a Gasteiz fuimos por la carreterilla de Mendiguren y en el cruce de Aranguiz unos para su zona y otros para la suya. Gasteiz se está haciendo demasiado grande.
Así con todo salieron 48 km. Como antiguamente, con la Topline, sin automáticos y con 7 u 8 piñones. Un poco como pollos sin cabeza si una ruta fija, pocos tramos de verdadero BTT pero muy intensos. Con averías importantes y soluciones casi inmediatas. Sin duda el protagonista fue el barro, que menos en esta época, ¿no?.
Creo que nos dimos todos cuenta de la importancia de llevar una patilla de cambio de repuesto.
Autor: Pitxi

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